En la nueva realidad de los negocios, cada vez más globalizados y encaminados a la estandarización de normativas en materia contable, fiscal, de negocios y de mercado, es de suma importancia el fortalecimiento del gobierno corporativo para lograr la mayor eficiencia posible en los negocios.
Por lo tanto, se hace necesario e indispensable contar con los aliados estratégicos adecuados para cumplir con los objetivos que cada organización se ha propuesto, considerando dos áreas que van de la mano: la interna y externa.
El auditor es quien es ese aliado indispensable para llevar a cabo con eficiencia el gobierno corporativo. Pues el mismo auditor, aunque el enfoque tradicional de auditoría sea emitir una opinión sobre la razonabilidad de los estados financieros a cierta fecha, esto basándonos en lo que dictan las Normas Internacionales de Auditoría. Esto permite obtener la seguridad razonable de que dichos estados financieros, en su conjunto, se encuentran libre de cualquier incorrección material, derivadas de fraude o error.
Es gracias a la presencia del auditor que las organizaciones pueden cumplir los objetivos, aportando un enfoque sistemático y disciplinario para evaluar y mejorar la eficacia y eficiencia en los procesos.
Si bien es cierto que en un proceso normal de auditoría se identifican y valoran riesgos que pueden afectar en su conjunto la razonabilidad de los estados financieros, se realizan procedimientos adecuados para obtener un conocimiento de control interno de la organización, pero no se expresa opinión si estos son eficaces, adecuados o funcionales.
Además, se realiza una evaluación, de acuerdo al modelo del negocio, para procurar que las políticas contables sean de acuerdo a las necesidades de la compañía. Sin embargo, todo lo mencionado se comunica únicamente a los encargados del gobierno corporativo.
Luego de comunicarlo, el trabajo del auditor no termina allí, ya que en la actualidad el papel del auditor ha cambiado, pues se ha convertido en un aliado primordial para efectuar los negocios, no limitándose a opinar, revelar e informar, sino que a dar las mejores recomendaciones para implementar una nueva forma de llevar a cabo los procesos. Además de ello, gracias al auditor se pone el marcha el seguimiento, control y auditoría de todas las situaciones que puedan afectar a la compañía.
Es de esa manera que el auditor como aliado estratégico debe dar un valor agregado al trabajo que se realiza. Esto basándose en todo el conocimiento del negocio que ha obtenido en la planificación de la auditoría, que tiene como propósito la obtención de información en general, con el objetivo de identificar como en plano general las condiciones existentes para la ejecución de la auditoría.